Hasta hace unos años se hablaba del divorcio que
existía entre la educación física y el deporte con el desarrollo de las TICs
pero esta brecha se ha acortado significativamente a tal punto que está de moda
crear un canal en youtube, un fanspage en Facebook o un perfil en twitter u otras
redes sociales y muchos hemos optado por esta iniciativa para influir en
nuestro campo profesional, motivando una vida activa y saludable, desde diferentes
ángulos, propósitos y con variados resultados.
Ya son muchos los influencers que se están ganando los
corazones de un público amante de la actividad física, brindando información útil,
variada e innovadora para públicos de distintas edades, regiones, clases
sociales y perfiles.
Antes de continuar debo invitar a la reflexión a todos
los pedagogos que leen este artículo, ¿Estamos logrando despertar en nuestro
alumnado este interés por la adquisición de hábitos activos, saludables y sostenibles?
Una cosa es hablar a una cámara y otra el contacto con
un grupo de estudiantes con diferentes intereses, necesidades y motivaciones. Y
cómo guiar la construcción de aprendizajes con un público tan variado que está
obligado a estar presente y que en ocasiones ni si quiera desean estar ahí.
Así que hagámonos una pregunta: ¿Qué características deberá
tener un docente de educación física o un entrenador, para conseguir motivar a
sus estudiantes o jugadores? Y he encontrado algunas repuestas que nos pueden
servir.
Tener pasión por lo que se enseña y
capacidad para transmitir esa pasión. Lo primero que notan los alumnos es que a
nosotros nos encanta lo que les estamos enseñando y eso, como mínimo, despierta
en ellos la curiosidad por saber por qué nos gusta tanto. De nosotros depende
además saber mostrarles los aspectos más divertidos y atractivos de eso que
tanto recitamos, para conseguir que a ellos también les pique el gusanillo de
vivir con hábitos activos y saludables. Aun así, nunca lo vamos a conseguir con
todos, siendo honestos, los mismos profesores, por mucha pasión que sintamos
por la actividad física, adoramos unos deportes desconocemos otros.
Estar al día en cuestión de gustos y tendencias, dentro de unos límites, es fundamental para todo lo
que sigue. Pero tampoco hay que pasarse, por muy moderno que un profe sea, para
los niños y niñas no dejamos de ser por definición viejos y un tanto aburridos,
así que si lo de ser unos modernos se nos va de las manos, podría llegar a
resultar ridículo... Pero si conseguimos demostrar que estamos al tanto de
personajes, expresiones o modas en general, tal vez podamos sorprenderlos y,
precisamente así, captar su atención.
Dominar las TIC y en particular las redes sociales. A esta altura ya todos debemos tener claro que el
internet, la tablet o el móvil forman parte de nuestra vida diaria queramos o
no, de la de todos, incluyendo profesorado y alumnado. Aceptar el uso de teléfonos
inteligentes en nuestras clases puede ser un arma de doble filo, pero tenemos
que buscar estrategias para su buen uso, ya no vale el: “es que yo
estoy mayor para esto”; porque si somos profes tenemos que tener capacidad
para aprender a usar, si hace falta, hasta Snapchat... Al fin y al cabo estos
son los canales de comunicación que nos permiten ingresar con mayor facilidad
en el interior de nuestros estudiantes.
Dedicar tiempo a la formación permanente que está en relación directa con lo anterior. Si queremos estar al
día y queremos dominar las TIC tenemos que formarnos, ya sea con cursos
presenciales, con planes de formación online o asistiendo a encuentros y
jornadas. Hay que ver lo que hacen otros, aprender e inspirarse para poder
mejorar cada día la actividad docente y para poder ser realmente los motores
del cambio educativo que buena parte de la sociedad está pidiendo a gritos.
Contextualizar la propuesta de actividades es algo que tenemos que mejorar. En mi materia, educación
física, toda la vida comenzamos el primer bimestre con atletismo, seguimos con básquet,
vóley y terminamos con futbol, pero esta rutina termina siendo aburrido para un
grupo de estudiantes y no es adecuado, hay que crear otros contextos de
aprendizaje más reales y significativos para la vida del estudiante. Vale que a
algunos nos guste el futbol, pero no todos tienen las mismas habilidades y
posibilidades, por lo que podemos usar contextos como juegos cooperativos, de
estrategia donde se utilicen una variedad de habilidades motrices, cognitivas y
afectivas de tal forma que todos se sientan en la capacidad de poder resolver.
Disfrutar compartiendo tiempo y espacio con niños y jóvenes. Esta es otra de las claves, si odias a los niños,
por favor, ¡no te hagas profesor! Ya sé lo que me vas a decir: Es que tenemos
muchas vacaciones y tiempo libre... Pues sí, mira, es verdad, tenemos más que
en otras profesiones, pero por algo es. Durante el horario lectivo faltan ojos
y manos para atender a esos 30 o 35 pequeños que son tu responsabilidad y que
permanentemente reclaman tu atención. Además, más allá del horario lectivo, yo
no llevo la cuenta de las horas que trabajo, unos días son más, otros son menos,
pero estoy seguro de que si hago cómputo global son más de 8 diarias.
Conectar con el alumnado compartiendo experiencias para reducir esa distancia fijada por el respeto sin inclinar la balanza
hacia la indisciplina, de vez en cuando tenemos que echar el freno al contenido
de la materia y pararnos un rato a charlar de temas más triviales. Hay momentos
como los ratos de patio, las horas de tutoría, cuando falta un profesor o los
días en los que por alguna razón solo asiste a clase una parte del alumnado,
que son ideales para hablar con los alumnos de su vida, de la nuestra y para
compartir algunas experiencias.
Saber escuchar porque
ellos y ellas también tienen mucho que decir. Normalmente vamos tan apurados
con la idea de desarrollar todos los contenidos del currículo que ni los dejamos
hablar. Soltamos nuestro rollo y solo admitimos preguntas sobre dudas concretas
relacionadas con la materia. Tanto es así que no es difícil comprobar como a
medida que los alumnos y alumnas suben de nivel, en general, cada vez preguntan
menos y eso también está muy mal. No se trata de dejarles que nos revienten la
clase o que distraigan la atención a propósito, que también es una técnica que
algunos usan, pero cuando necesitan hablar hay que sentarse a escucharles igual
que a nosotros nos gusta que nos escuchen de vez en cuando.
Estar dispuesto a aprender de los alumnos y las alumnas porque ellos pueden aportar a todo un punto de
vista diferente al nuestro y, no siempre, pero a veces eso nos puede dar una
visión de las cosas que nos puede ayudar también a nosotros a construir
aprendizaje propio. Además son los niños y las niñas los únicos que nos pueden
enseñar a usar Snapchat, nuestros amigos tampoco saben, así que ese también es
un aspecto importante a tener en cuenta.
No olvidar que todos pasamos por ahí. Corregirme si me equivoco, pero creo que la mayoría de profes antes hemos
sido niños y alumnos y hemos molestado en clase, hemos olvidado los deberes,
hemos hablado en clase cuando el profe mandaba callar, nos hemos entregado cartitas
(porque no teníamos whastapp), nos hemos equivocado o no entendimos lo que nos
dijo nuestro profe…
Por último
seguro que ese profe guay no pone en su perfil de facebook algo como un
real influencer porque, como ya dijimos antes, a nuestros alumnos les
va a dar la risa si nos pasamos de modernos. Así que lo mejor será que todo
esto quede entre nosotros y que nuestro alumnado no se entere de que nos
montamos estas películas para ver si conseguimos que practiquen el toque al
balón con la parte interna del pie. Por lo que tendremos también que
replantearnos las formas que los mayores tenemos para comunicarnos.
Con todo,
personalmente no creo que todas las características anteriores sean necesarias
al mismo tiempo. Un profesor puede influir muy positivamente en su alumnado por
la pasión que transmite al guiar el aprendizaje de su materia sin necesidad de
ser un gran conocedor de las TIC. Tampoco son los profesores los únicos real
influencers, fundamental en ese sentido es el papel de la familia. Pocos
influencers imagino mejores que los abuelos, gracias a su amplia
experiencia en la vida, y la mayoría no tienen ni idea de lo que es Snapchat.
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